Cuando tenemos la nariz tapada se debe a que está vasodilatada o llena de sangre. Las gotas que utilizamos usualmente para descongestionarla, son vasoconstrictoras. Es decir, bajan el nivel de sangre.

Esto trae dos problemas: primero el efecto no es permanente, dura apenas horas, y segundo genera adicción porque dependes del medicamento para mantener las cavidades destapadas. Después de un uso indiscriminado durante 5 o 7 días hay peligros de rinitis medicamentosa, de arritmia, entre otras cosas. Asimismo, el uso desmedido de antigripales, jarabes para la tos y antihistamínicos (antialérgicos) implican riesgos para la salud.

Como alternativa a estos tratamientos recomiendo el uso de soluciones nasales hechas a base de agua de mar. Es una sabiduría que los yoguis de la India manejan desde hace 4000 años. A principios del siglo XX un francés llamado René Quinton investigó las propiedades del agua de mar y comprobó, entre otros descubrimientos, sus efectos antiinflamatorios, antivirales, antihistamínicos e incluso antibióticos.

El agua marina resultó ser infinitamente más eficiente que la solución salina normal, ya que mientras la segunda se compone de sodio y cloro, la primera tiene alto contenido de minerales, entre los que destacan el magnesio y el zinc.

La clave de la salud nasal es convertir su higiene en un asunto cotidiano, tal como con el cabello o los dientes. Es mucho lo que se puede evitar con dos aplicaciones diarias a cada fosa de esta solución, incluso desde la temprana infancia en donde la respiración nasal es tan importante. El agua de mar tiene un potencial tremendo para la medicina que aún está siendo explorado, nosotros los colombianos ya podemos empezar a aprovecharlo.

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Dr. Ítalo Gabriele
Pediatra
DOBLEVÍA – EL UNIVERSAL
POR QUÉ // Penélope Ortiz, Caracas